Focus: Videoteca. Galería de Arte Moderno de Turín

9 mayo, 2003 - 18 mayo, 2003
Lugar
Edificio Sabatini, Auditorio
Comisariado
Elena Volpato
Documentos
Max Almy. Perfect Leader, 1983
Max Almy. Perfect Leader, 1983

La GAM ha dado vida a una colección museística de vídeo que Italia no poseía hasta bien entrada la década de los noventa, consiguiendo hacer acopio de una gran cantidad de trabajos que ahora se encuentran a disposición del público. En esta selección se recogen títulos de artistas como Vito Acconci (Nueva York, 1940), Dan Graham (Urbana, 1942), Marina Abramović (Belgrado, 1946) o Martha Rosler (Nueva York, 1943), pertenecientes a los primeros años del vídeo como medio de creación artística, trabajos de John Baldessari (National City, 1931), Marcel Odenbach (Colonia, 1953) o Ana Mendieta (La Habana, 1948; Nueva York, 1985) correspondientes a la década de los ochenta y las más recientes de Sadie Benning (Madison, 1973) y Lydie Jean-Dit-Panel (Montbéliard, 1968). Asimismo, se incluye una muestra de vídeos realizados por jóvenes artistas italianos como Paolo Chiasera (Bolonia, 1978) o Marcello Maloberti (Codogno, 1966), entre otros.

Como afirma Elena Volpato, conservadora de la GAM, la primera exigencia que se planteó la institución a la hora de crear una colección de vídeo era la de que estos artistas tuvieran un lugar dentro de la consistencia de los fondos de la Galería. Se trató de tener en cuenta en todo momento la naturaleza múltiple de la obra de vídeo, que ofrece un terreno demasiado abonado para los estereotipos más comunes del coleccionismo artístico, y la tendencia a condensar en pocas obras la complejidad que implica la búsqueda de artistas singulares. Desde este punto de vista, Focus: Videoteca no limita su radio de interés al soporte en vídeo, sino que reconoce la continuidad que establece este medio con las experiencias cinematográficas experimentales precedentes. Entre otras razones porque, desde hace varios años, las correspondencias y el diálogo del ámbito audiovisual se encaminan cada vez más decididamente hacia otras formas de arte que hacia el arraigo definitivo en el ámbito del “vídeo”. El desafío que se le presenta al museo, y que solo el museo puede afrontar, es el reconocimiento de estas nuevas competencias a través de una modalidad expositiva del patrimonio que no haga de la videoteca o del auditórium un espacio infranqueable para estas obras.