Informalismo e informalismos
Los términos informalismo, expresionismo abstracto o Arte Otro resultan de una extrema vaguedad. Sin embargo, podemos decir que designan una parte de la pintura que se desarrolla tanto en Europa como en Estados Unidos en las décadas de los cuarenta y de los cincuenta, teniendo como denominadores comunes una posición ideológica de sublevación ante al horror de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, y una pervivencia de ciertas propuestas del surrealismo –cuyos principales representantes, junto con otros vanguardistas, se habían trasladado a Nueva York durante el conflicto, en un exilio que resultaría de gran trascendencia artística-.
Todo ello confluiría en un deseo de afirmación del individuo, como refugio ante el fracaso de la utopía colectiva que defendían las vanguardias históricas y al amparo de las ideas existencialistas. Pero junto a esos rasgos comunes en la etiqueta informalista caben formulaciones muy dispares, lo que es lógico teniendo en cuenta su fuerte impronta individualista. Por ello, sus propuestas estéticas abarcan desde la valoración de la textura –informalismo matérico- hasta la del gesto pictórico, resultado de una reivindicación del propio acto de pintar como proceso de liberación, único e irrepetible, del mundo interior del artista – informalismo expresionista o gestual-. Incluso, a pesar del predominio de la abstracción, algunos artistas como De Kooning o Saura, hacen compatible la presencia de la figura con la poética del informalismo.