José María Berzosa
Impresiones de Chile
José María Berzosa (España, 1928-Francia, 2018) es un eslabón perdido en la historia del cine español. Su filmografía, realizada íntegramente en Francia, se caracteriza por emplear el sarcasmo y la parodia contra el poder despótico. Coincidiendo con el 50 aniversario del golpe de Estado en Chile de 1973, el Museo Reina Sofía proyecta al completo su serie documental Chili Impressions [Impresiones de Chile, 1977], tras su único pase en nuestro país en 1981 en la Filmoteca Española. Los cuatro episodios revelan aspectos monstruosos de la dictadura de Augusto Pinochet, a la vez que muestran la capacidad del cine para confrontar la tiranía y representar a los subyugados.
Autor de un centenar de documentales para la televisión francesa, Berzosa llegó a ostentar una posición única en la industria televisiva, desarrollando sus propios temas con un lenguaje singular y siendo celebrado por la crítica como uno de los realizadores más originales del medio. Exiliado desde 1956 en Francia, fue ayudante de dirección de cineastas como Jean Renoir o Luis Buñuel, pero rápidamente se convirtió en una figura de referencia por sus reportajes televisivos, como la mencionada serie Impresiones de Chile. Berzosa destacó por concebir el documental con un estilo barroco, utilizando palabras de la época, en el que conviven estrategias narrativas complejas que van desde puestas en escena a entrevistas directas, el uso del contrapunto y la antítesis en el montaje, la idea de filmar la maldad y la infamia de manera frontal, y, su rasgo más distintivo, el uso del humor como arma contra una realidad cruda e implacable.
Berzosa también enfocó su mirada en desmontar los mitos de la hispanidad extendidos durante el franquismo, como en Rouge Greco Rouge [Rojo Greco rojo, 1973] o Comment se débarrasser des restes du Cid? [¿Cómo deshacerse de los restos del Cid?, 1974]. Quizá por ello se esforzó en filmar la dictadura chilena que, en palabras del capellán de Augusto Pinochet, fue la más similar a la franquista. En los cuatro episodios de Impresiones de Chile, Berzosa compone un retrato del régimen desde diferentes ángulos: Les pompiers de Santiago [Los bomberos de Santiago] presenta a un grupo de una corporación de ultraderecha; Voyage au bout de la droite [Viaje al final de la derecha], un itinerario por la formación del Estado dictatorial; Au bonheur des généraux [A la felicidad de los generales], una aproximación a la Junta Militar y sus aficiones a la cultura en pleno genocidio; y Monsieur le président [Señor presidente] es un retrato del dictador en sus distintas facetas. La serie se rodó durante enero, febrero y marzo de 1977 y se emitió por primera vez en Francia entre abril y mayo de 1978, tras el intento fútil de censura de la Embajada de Chile. Actualmente constituye uno de los ejemplos más poderosos e inteligentes del cine contra la barbarie de una dictadura.
Programa
–Presentación del primer pase por Chema González y Daniel Berzosa, hijo del cineasta
Este primer episodio de la serie aborda la aparente normalidad de la ideología reaccionaria entre la clase media chilena, representada por la Cuarta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago. “En Chile no hay presos políticos”, afirma Augusto Pinochet entrevistado al comienzo. Mientras, en un contrapunto característico del montaje de Berzosa, el realizador muestra de forma realista y sobria los dolorosos testimonios de madres y esposas de desaparecidos o presos de la dictadura. De espaldas a esta realidad, la sociedad feliz bajo el orden restaurado: el jefe de los bomberos, napoleónico y castrense, que se declara apolítico como su corporación, o el terrateniente y exdiplomático que renuncia a sus tierras. En definitiva, un teatro que Berzosa expone en toda su farsa y artificio.
Edificio Sabatini, Auditorio
144 personas
Gratuita hasta completar aforo. Apertura de puertas media hora antes de la proyección
–Presentación del primer pase por Luis E. Parés, director de Cineteca
En este segundo episodio diversas personalidades explican su compromiso político, conformando un retrato de la nueva clase dirigente chilena. Monseñor Gilmore, capellán general de los Ejércitos, habla de las ventajas de que el Ejército eduque a la juventud. Enrique Ortúzar, presidente de la Comisión Constitucional tras el golpe de Estado, describe una particular democracia basada en la autoridad. Tras estas conversaciones, Berzosa muestra el contracampo: la situación de los artistas que permanecieron en Santiago sometidos a una vigilancia extrema, un campesino hablando de la miseria en el mundo rural y un poderoso extracto de Pablo Neruda recitando.
Edificio Sabatini, Auditorio
144 personas
Gratuita hasta completar aforo. Apertura de puertas media hora antes de la proyección
¿Es la carencia de ética reconciliable con la estética? Este parece ser el tema de este tercer episodio, en el que Berzosa filma un retrato esperpéntico e hilarante de los tres militares que, junto con el comandante en jefe Augusto Pinochet, integran la Junta Militar. Gustavo Leigh Guzmán, comandante del Ejército del Aire; José Toribio Merino, comandante de la Armada; y César Mendoza Durán, director de los Carabineros, son entrevistados en sus domicilios personales junto a sus esposas sobre cuestiones de carácter literario, musical y filosófico. Los esfuerzos de los tres por mostrarse como sensibles diletantes, trayendo a colación a figuras como Picasso o Bach e incluso mostrando sus creaciones artísticas, remite a cómo las grandes dictaduras —recordemos a aquel joven pintor llamado Adolf Hitler— pueden tener su comienzo en grandes frustraciones artísticas.
Edificio Sabatini, Auditorio
144 personas
Gratuita hasta completar aforo. Apertura de puertas media hora antes de la proyección
Este episodio final muestra al dictador con todos sus disfraces de héroe: un militar sin parangón, un explorador intrépido, un ciudadano cumplidor, un estratega de la geopolítica internacional, un padre preocupado y un esposo fiel. Las máscaras van cayendo a medida que Berzosa intercala entrevistas con las madres de los desaparecidos por el régimen. En una secuencia característica del realizador español observamos a Pinochet, vestido de civil, y a su mujer Lucía Hiriart sentados en su casa. Tras hablar de cine, música y familia, el cineasta pregunta a Hiriart: “¿Tiene algún defecto su marido?”. “No, ninguno”, responde. “Todos tenemos defectos…”. Retoma la esposa: “Bueno, es un poco dominante”, ante la sonrisa helada del dictador. Una simple frase desmonta toda la propaganda del héroe.
Edificio Sabatini, Auditorio
144 personas
Gratuita hasta completar aforo. Apertura de puertas media hora antes de la proyección