En 1959 tuvo lugar el Congreso Internacional de Críticos de Arte en Brasil, un simposio en el que artistas, arquitectos, historiadores del arte y de la arquitectura fueron convocados para debatir qué podía hacer la modernidad en el mundo naciente tras la posguerra. Esta nueva lectura de las actas propone una activación de este documento entendida como ejercicio performativo de un episodio utópico del pasado, pero con una enorme potencia y reverberación en un presente en el que la historia y la crítica de arte han sido desplazadas de su rol e influencia pública.