Proponer un museo situado, un espacio público abierto a tod+s, es reconocer que no es ajeno a esta situación, sino parte activa de los conflictos que lo atraviesan y lo complejizan. Es generar intervenciones fuera de sus límites, en las escuelas, centros sociales y calles donde se ubica. En síntesis, un museo que transcienda sus paredes y que sea receptivo a las manifestaciones culturales que tienen lugar en el barrio, sus memorias y sus reivindicaciones, demandas y necesidades; es decir, un proyecto capaz de replantear sus objetivos.
Para iniciar este camino junt+s celebramos el primer Picnic del barrio en el jardín del Edificio Sabatini el próximo sábado 30 de junio.