Retrato de mi hijo Jordi
Joan Rebull
- Fecha:1927
- Materia:Barro crudo policromado
- Técnica:Modelado y policromía
- Dimensiones:22 x 19,5 x 16 cm
- Categoría: Escultura
- Año de ingreso:2004
- Nº de registro:AD03632
A partir de 1917, el arte en Cataluña experimenta una importante renovación que significa la superación del pensamiento que había sustentado el noucentisme. La pintura vibracionista de Rafael Barradas y la evolución de la obra de Joaquín Torres García, quien en 1917 publicó el manifiesto «Art-Evolució» (Arte-evolución), pusieron las bases para una puesta al día de las artes plásticas, llevada a cabo por los artistas del grupo Els Evolucionistes, al que se unió un joven Joan Rebull a partir de 1918. El período más destacado de su escultura se desarrolla entre 1927, año en que realizó esta obra, y el comienzo de la Guerra Civil. La pequeña cabeza en barro crudo policromado que representa a su primer hijo, es una obra caracterizada por un realismo enteramente original, fundamentado, como señalara el crítico Sebastià Gasch, en una dosis media entre «razón e instinto», entre «plástica y poesía». Esta idea guarda relación con aspectos de la Nueva Objetividad europea, en el sentido de representar una realidad purificada, en síntesis de percepción y medida. La escultura de Joan Rebull, como la de la Antigüedad clásica, parte del conocimiento y no de la impresión; en ella, la policromía conserva un valor plástico en sí misma, remitiendo así a nuevos referentes históricos, como la escultura egipcia, gótica o románica.
Carmen Fernández Aparicio