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En 1977 se inaugura en la galería independiente Artists Space, de Nueva York, la exposición Pictures (Imágenes). Organizada por el crítico de arte Douglas Crimp, la muestra identifica a un grupo de artistas jóvenes que comparten una manera específica de interpretar y trabajar las imágenes. A menudo encontradas o apropiadas, rara vez originales o únicas, las imágenes y sus innumerables capas de sentido les sirven para cuestionar los supuestos de autoría, autenticidad y originalidad, base para la monetización del arte y demás factores que influyen en su valor de mercado.
«No buscamos fuentes de los originales», sino «estructuras de significación: debajo de cada imagen siempre hay otra imagen», escribe Crimp. Su exposición incluye solo a cinco artistas: Troy Brauntuch, Jack Goldstein, Sherrie Levine, Robert Longo y Philip Smith. Sin embargo, Pictures tiene una enorme transcendencia. Además de orientar el desarrollo y la recepción del arte posterior, identifica una generación de artistas, entre ellos Cindy Sherman, Louise Lawler y James Welling, que reacciona ante los estímulos visuales y los estereotipos creados por la industria cultural y el consumo masivo en una Nueva York que ya acusa los efectos de la gentrificación y especulación inmobiliaria.
En un momento de desencanto y escepticismo con las utopías y grandes narrativas, característico de la llamada posmodernidad, estos artistas se alejan del uso de la fotografía como simple registro de la realidad e incluso ironizan acerca de la credibilidad y la aparente neutralidad de las imágenes y del lenguaje. Utilizan la fotografía y la apropiación de imágenes justamente para examinar sus funciones, mensajes y códigos de representación en películas, páginas de revistas, libros, vallas publicitarias y demás soportes de la cultura de masas. En su trabajo, la fotografía ya no es un mero resultado, sino una etapa de un proceso crítico que involucra acciones como la puesta en escena, el reencuadre y la cita. El medio fotográfico les permite cuestionar la realidad, crear ficción, desafiar las nociones de identidad y plantear nuevas preguntas sobre la naturaleza de la representación, la singularidad en el arte, el género, la raza y la historia. En forma de instalaciones fotográficas más que de imágenes autónomas, sus obras están a menudo cargadas de ambigüedad y múltiples lecturas posibles.
A partir de 1980, muchos de estos artistas pasan a ser representados y a reunirse en las muestras organizadas por la galería Metro Pictures ubicada en el Soho, barrio industrial ocupado desde la década de los sesenta por la comunidad artística, que empieza a atraer también galerías comerciales. La atmósfera urbana y cultural de aquellos años de transformación, con calles desiertas y edificios demolidos, así como la puesta en escena de la vida cotidiana, están plasmadas en la película Permanent Vacation (1980), filmada por Jim Jarmusch en formato 16 mm.