Sala 103.13
El contexto de la región árabe mediterránea, complejo espacio geopolítico y uno de los puntos calientes del planeta en el último cuarto de siglo, encuentra en El Líbano, y en concreto en su capital, Beirut, una representación exacta, debido a la posición sensible que el país ocupa en la cartografía de las erupciones en Oriente Medio. La obra de Walid Raad y Marwan Rechmaoui, artistas libaneses que forman parte de la generación de la posguerra civil, está estrechamente relacionada con el interés del grupo por archivar e interpretar la memoria del conflicto y la historia contemporánea de su nación.
En 1989, Walid Raad creó The Atlas Group, un colectivo ficticio bajo cuyo nombre el artista operó hasta 2004, después de llevar a cabo una recopilación de documentación —de dudosa autenticidad y autoría, siempre cuestionadas— sobre la historia contemporánea del Líbano, con especial atención a las guerras entre 1975 y 1990. Uno de los objetivos de The Atlas Group fue localizar, conservar, estudiar y producir documentos presuntamente históricos para entender cómo y dónde han pervivido las narrativas del conflicto. En su trabajo, los hechos reales se mezclan con episodios fabulados, sin una clara línea divisoria entre ficción y realidad, pues la ficción es un recurso que le sirve para explicar algunos hechos de difícil comprensión. Ser capaces de cortar los hilos de lo real puede ayudar a entender sobre qué base se sostiene un sistema.
Al archivo de The Atlas Group pertenecen los dos trabajos de Raad presentes en esta sala: fotografías, dibujos y anotaciones atribuidos al doctor Fadl Fakhouri, uno de los principales historiadores del Líbano y depositario, a principios de la década de 1990, de 226 cuadernos, 2 cortometrajes y 24 fotografías en blanco y negro, que hoy se pueden consultar en el archivo documental de libre acceso https://www.theatlasgroup1989.org. Tal y como las cataloga el repositorio, las únicas imágenes disponibles del Dr. Fakhouri son 24 autorretratos tomados durante su único viaje fuera del Líbano, a París y Roma, en 1958 y 1959, y reunidos bajo el título Civilizationally, We Do Not Dig Holes to Bury Ourselves (From the series Fakhouri File). En ellos Fakhouri posa con la mirada apartada de los icónicos monumentos, desplazando así la atención lejos de las narrativas oficiales de quienes los erigieron y buscando las respuestas en los márgenes. La segunda pieza documenta el sorprendente cruce de apuestas hípicas al que un grupo de historiadores de la guerra civil libanesa se dedicaba cada domingo en el hipódromo: no se trataba de averiguar el ganador, sino la distancia exacta que habría entre el caballo y la línea de meta en la foto de llegada que publicaría la prensa del día siguiente. Fakhouri recopila en páginas de cuadernos fotografías de los caballos recortadas de los diarios y anotaciones propias y de sus colegas relacionadas con las apuestas. Pero ni las fotografías ni las notas fijan el momento exacto de la victoria: metáfora de los límites de la representación fotográfica que también habla de la distancia insuperable entre los hechos históricos y su registro exacto.
A esta dimensión simbólica, pero también social y política, que de las contiendas libanesas aportan los trabajos de Raad se suma la reflexión que Marwan Rechmaoui lleva a cabo sobre el descontrolado desarrollo urbano de Beirut, una ciudad en permanente reconstrucción y sometida a constantes tensiones, guardiana de la memoria de sucesivos terremotos, incendios y conflictos bélicos. Blue Building (2015) es un retrato escultórico de un edificio residencial frente al taller del artista, al otro lado del río, cuya edificación se convirtió en un caso de estudio diario y en testimonio emblemático de los problemas y prácticas corruptas en la regeneración urbana de Beirut tras la guerra: su ubicación ilegal en un terreno donde no se podía construir, el trapicheo con materiales de obra baratos que acabaron causando grietas en el inmueble, y el abuso humano de obreros migrantes que habían huido de la guerra de Siria y fueron obligados a trabajar en condiciones de explotación.
La pieza de Gabriele Basilico que completa la selección de esta sala nos devuelve a la ciudad de Beirut devastada, en 1991, cuando el fotógrafo y arquitecto fue invitado por la escritora libanesa Dominique Eddé a participar en un proyecto que registrase la huella de la destrucción causada por quince años de guerra civil en la que había sido una de las capitales más cosmopolitas de la región. Una desolación que daría lugar a la expansión urbana sobre la que, desde el presente, opera el trabajo de Rechmaoui.