Entre las numerosas exposiciones individuales dedicadas a Martín Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925), destaca la retrospectiva que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía le dedica en 1991 en el Palacio de Velázquez de Madrid. Ahora, la Abadía de Santo Domingo de Silos acoge una exposición compuesta por cinco Cangrafías, aguafuertes especialmente realizados para esta ocasión, bajo el título de Viento (2003), además de cinco esculturas en hierro forjado realizadas entre 1968 y 2003 y tituladas: Espiral (1968), Mi patria es una roca (1987), Alfaguara III (2000), Espiral la rosa (2002) y El sueño de Canarias (2003). En estas obras las Islas Canarias son un leit motiv común, así como el motivo de la espiral y del viento, africano o atlántico, tan presente en la vida canaria.
Chirino se traslada a Madrid en 1948 para ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, al tiempo que continúa sus investigaciones escultóricas en talleres de forja de hierro. El escultor Ángel Ferrant es uno de sus maestros y le acoge siempre entre sus protegidos.
A partir de 1952 viaja a París, Italia y Londres. A su regreso a Canarias experimenta en el campo de la Abstracción. Poco después, se instala de nuevo en Madrid y en 1958 se incorpora al grupo El Paso. Desde 1959 introduce la espiral como motivo de sus piezas.
En 1967 viaja a Estados Unidos, donde instala un taller en 1972. En esta época alterna su residencia entre este país y España. De
Chirino aúna en su obra la memoria del pasado, como redescubridor de la cultura guanche autóctona de Canarias y los postulados de la vanguardia española de los años cincuenta. En dicha vanguardia están presentes grupos como Dau al Set, la Escuela de Altamira y El Paso, al que Chirino pertenece. Todos ellos suponen la primera generación de la España de posguerra que se relaciona con la creación artística internacional.
Datos de la exposición
Obras de la Colección incluidas en la exposición
Publicaciones del Museo Reina Sofía
