Ortiz Echagüe

13 julio - 13 septiembre, 1999 /
Edificio Sabatini, Planta 3, Gabinete de Papel
Ortiz Echagüe. Lagarteranas, 1925. Fotografía. Colección Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid
Ortiz Echagüe. Lagarteranas, 1925. Fotografía. Colección Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid

José Ortiz Echagüe (Guadalajara, 1886 - Madrid, 1980) despunta en el panorama artístico nacional como pionero en las técnicas de pigmentación para la fotografía y, sobre todo, por poner esas técnicas -características de la fotografía pictorialista- al servicio de la etnografía. Ello sucede en un momento en el que, con el lastre de la crisis del 98, se trata de reconstruir el concepto de nación desde la política y el pensamiento mirando a la historia y a la tradición, a los invariantes. Sus trabajos, publicados principalmente como álbumes fotográficos desde los años treinta -España, tipos y trajes (1933); España, pueblos y paisajes (1939); España mística (1943); España, castillos y alcázares (1956)-, conforman el más importante corpus documental sobre un legado histórico vivo como son la indumentaria, los actos religiosos (bodas, entierros, Semana Santa) y los oficios tradicionales. 

Las fotografías reunidas en esta exposición pertenecen en su mayoría al Legado Ortiz Echagüe de la Universidad de Navarra y han sido realizadas con el método de carbón fresón, salvo dos al bromóleo. La selección abarca su larga y coherente trayectoria, desde aquellas imágenes con miembros de su familia y asuntos amables en línea con el pictorialismo europeo: Sermón en la aldea (1909), Taller de costura (1905), Retrato de mi esposa I (1916); o Danza al viento (1912); hasta algunos de sus últimos paisajes, como Siroco en el Sahara (1964), pues abandona la práctica fotográfica en 1968.

El conjunto de fotografías escogidas para esta exposición ofrece la imagen de una España atemporal, donde los personajes vestidos de faena o de fiesta, las norteafricanos, los paisajes o los castillos en ruina están identificados con el valor de lo perenne. A ello contribuye tanto la técnica como el estilo: por los acusados contrastes lumínicos, que convierten a los personajes en esculturas. Esto queda patente en sus numerosos retratos de tipos, especialmente en la serie de monjes, donde se advierte el recurso a iconografías y composiciones procedentes del Barroco, como es el caso de Monje blanco, novicio del Cister (1945) y Monje cartujo (1945c), que tienen su modelo en la talla de San Bruno (1635c) de Manuel Pereira y en la pintura de Francisco de Zurbarán.

Movido por una voluntad de capturar antes de que desaparezca, el motivo y la realidad del tipo y el traje popular, Ortiz Echagüe lleva a cabo “una obra única, articulada conceptualmente y desarrollada técnicamente en torno a la idea de constatar una España en desaparición”, como señalan Rafael Levenfeld y Valentín Vallhonrat, comisarios de la exposición. Las fotografías de Echagüe recorren toda la Península y el norte de África, sistematizando las peculiaridades y las diferencias de la nación desde sus vestimentas (especialmente las de mujer, por ofrecer mayor riqueza y variedad) y también sus paisajes.

Datos de la exposición

Organización: 
Legado Ortiz Echagüe, Universidad de Navarra, Fundación Universitaria de Navarra, en colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Comisariado: 
Rafael Levenfeld y Valentín Vallhonrat
Itinerario: 

Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona (23 julio - 4 octubre, 1998); Hôtel de Sully, París (15 enero - 21 marzo, 1999); Sala de Armas de la Ciudadela, Pamplona (30 marzo - 2 mayo, 1999); Palacio del Infantado, Guadalajara; Sala Amós Salvador, Logroño