La obra de Beatriz González (Bucaramanga, 1938), considerada una de las figuras más influyentes de la escena artística colombiana, ocupa un lugar único dentro de la historia del arte latinoamericano, no solo como pionera del arte pop, sino también, y casi sin proponérselo, como una incisiva y lúcida cronista de la historia reciente de Colombia. Partiendo de la cita anónima “el arte cuenta lo que la historia no puede contar”, que como nos explica la propia artista suele utilizar muy a menudo, la obra de González se articula en torno a la cuestión de la memoria. Pero no recurre a la memoria como una coartada nostálgica, todo lo contrario, su trabajo está estrechamente ligado al presente.
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